Inyectar aerosoles en la estratosfera podría contrarrestar el aumento de las temperaturas asociado al cambio climático, pero dañaría al mismo tiempo los cultivos agrícolas, según un estudio publicado hoy por la revista Nature.
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Científicos de la Universidad de Berkeley, en Estados Unidos, analizan en sus trabajos la posibilidad de utilizar aerosoles para reducir la cantidad de luz solar que atraviesa la atmósfera, lo que contrarrestaría los efectos del calentamiento global.
Expertos en ingeniería climática han defendido con anterioridad que esa técnica podría aumentar el rendimiento de los cultivos al reducir el estrés que sufren las plantas por el exceso de calor.
A fin de evaluar los efectos de la propuesta, un grupo dirigido por Jonathan Proctor ha estudiado dos erupciones volcánicas que tuvieron lugar en México, en 1982, y en Filipinas, en 1991.
Cultivos agrícolas
Esos dos eventos lanzaron a la estratosfera una gran cantidad de aerosoles sulfúricos y generaron unos efectos que inspiraron en primer término la idea de que una inyección artificial de esas sustancias podría reducir la temperatura en la superficie terrestre.
Los científicos han analizado ahora los niveles de aerosoles que se produjeron tras aquellas erupciones, los datos sobre radiación solar en esa época y la información sobre el rendimiento de los cultivos en las zonas afectadas por las emisiones.
Sus conclusiones apuntan a que la reducción en la cantidad de luz solar que atravesaba la atmósfera tuvo un efecto negativo tanto en los cultivos de plantas de tipo C3 -entre ellas el arroz, la soja y el trigo-, como en las de tipo C4, que incluyen el maíz.
Cambio climático
A partir de los datos recogidos, Proctor y sus colegas elaboraron un modelo atmosférico según el cual un velo artificial en la estratosfera enfriaría la superficie terrestre pero dañaría los cultivos debido a la reducción en la luz solar que reciben.
Para mitigar los peligros del cambio climático, algunos han sugerido que podríamos aplicar la geoingeniería, señaló en una rueda de prensa telefónica el autor principal del estudio.
La propuesta más común en ese sentido es enfriar la Tierra inyectando partículas reflectoras, basadas en el sulfuro, en capas altas de la atmósfera, describió Proctor, que comparó esa técnica con refugiarse bajo la sombra de un árbol en un día caluroso.
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El investigador subrayó que una acción de esa naturaleza puede tener consecuencias inesperadas, como la reducción de la productividad de los cultivos.
Hemos concluido que, si reducimos la luz solar, se empobrecería el rendimiento agrícola, porque las plantas necesitan esa luz para crecer, indicó Proctor.